Irredeemable, de Mark Waid

A simple vista, el cómic que hoy reseño podría describirse como la historia donde Superman se ha vuelto malvado, arrasando con todo a su paso. Sin embargo, a poco andar, queda claro que Mark Waid va un poco más allá, y nos cuenta, usando al Plutoniano como ejemplo, que no todos estamos hechos para ser superhéroes, que hay individuos que no pueden soportar la presión de ser un ejemplo, y que, en definitiva, los mayores poderes del mundo no sirven de nada cuando en tu vida sólo has acumulado frustración, rabia y resentimiento.

Mark Waid es uno de los más reconocidos guionistas de superhéroes de los últimos veinte años y en esta serie agrega una dosis de crueldad inesperada para sus seguidores. En Irredeemable todo ha salido mal y Waid no duda en establecer claros paralelos con los héroes más emblemáticos, los de DC, y en concreto con el mayor de todos: Superman. Mientras la infancia, juventud y madurez de Clark Kent han estado repletas de amor y amistad, produciendo como resultado a un héroe noble y brillante, de valores inquebrantables, ello no ocurrió en el caso del Plutoniano, pues cada episodio de su vida parece un espejismo deforme de Superman, y la desgracia sobreviene cuando simplemente no puede contener la amargura acumulada por años. De ese modo, el mundo que otrora protegiese, es ahora su víctima.

El cómic comienza cuando el Plutoniano ya ha arrasado su ciudad (el equivalente de Metrópolis) y está a la caza de sus antiguos colegas del Paradigma, la Liga de la Justicia de su mundo. En efecto, el primero en caer, tras apenas un par de páginas, es el Batman de aquel grupo. Los sobrevivientes, dirigidos por Qubit, comienzan una desenfrenada búsqueda por cualquier información sobre el pasado del Plutoniano que pueda servir para encontrarle algún punto débil. 

A partir de ahí, Irredeemable es un cómic que fluye con una libertad inusitada. Superada la etapa de las presentaciones, Waid da rienda suelta a sus ideas y nos deja claro que el Plutoniano es un ser imparable e imbatible, de modo que todos los intentos por frenarlo van en aumento, hasta llegar al apoteósico final. Punto a favor es el buen ritmo de la serie, pues ésta avanza muy rápido y mantiene el interés de la lectura en base a cliffhangers constantes.

Sin embargo, no puedo dejar de encontrar defectos en la colección. Derivado del ansia por avanzar con velocidad y no perder el tiempo en desarrollar muchas aristas, es inevitable la sensación de que Waid abre demasiadas subtramas y las cierra abruptamente; algunas sin explicación, otras en forma excesivamente anticlimática (por ejemplo, la historia de las semillas de Gilgamos). Esa dispersión queda claro que es deliverada, pues como ya dije, la idea es mantener un cierto ritmo en la narración, pero aún así creo que perfectamente Waid podría haber tratado un poco mejor algunas situaciones.

Un segundo aspecto a criticar es el bajo nivel gráfico de la serie. Peter Krause jamás ha sido santo de mis devociones y aquí confirma su poca prestancia: los diseños de los personajes son de muy bajo nivel, por no decir insípidos, sólo piénsese en el uniforme que adopta Cary ya avanzada la serie, el cual es derechamente malo. En manos de un artista más interesante, la serie habría ganado mucho.

De todos modos, Irredeemable es una lectura sumamente recomendable, Waid realmente sale airoso de su esfuerzo constante por somter a duras pruebas a los protagonistas. Y cuando llegamos al final, se saca del sombrero un arco argumental donde no sólo pasa de todo, que es lo que esperaríamos, sino que además se da el lujo de tirarnos un epílogo, cuando ya todo ha sido resuelto, que a cualquier fanático de los superhéroes le tocará el corazón.

A esto iba cuando decía que al Plutoniano todo le había salido mal.

Por último, vale la pena mencionar que la colección generó un spin-off, Incorruptible, que es la historia de uno de los mayores enemigos del Plutoniano que se vuelve "bueno", muy a su manera, e intenta mejorar la vida de la ciudad que habita. Esta serie no es indispensable para seguir la historia principal, salvo en los capítulos finales, y su principal novedad es aprovechar el mundo creado en Irredeemable, pero con un sentido del humor que en la serie principal está ausente.