La Compañía Negra - La Primera Crónica, de Glen Cook

Tiempo atrás, cuando estábamos en medio de ese bombazo que fue Canción de Hielo y Fuego, supe de la existencia de las crónicas de la Compañía Negra, mencionada a lo largo de internet como un antecedente del trabajo de Martin, especialmente por su representación letal de la violencia y por una exposición ambigua y grisácea de la política y la moralidad de sus personajes. El problema es que viviendo en Chile no es fácil acceder a ciertos libros, salvo que los importes, por lo que normalmente las opciones de encontrar uno es que alguna editorial española saque una nueva edición y eso llegue aca por una decisión de las librerías. 

 

Tal cosa ocurrió en marzo, antes de que la pandemia mandara nuestra normalidad a la basura, en que tuve la suerte encontrar, ¡por fin!, un tomo de esta serie, el primero. Titulado originalmente como "The Black Company", a secas, y publicado en 1984, este tomo inaugura una serie de al menos una decena de libros que se suelen identificar con un subgénero llamado "grimdark", una etiqueta algo infeliz que apunta a describirnos el texto como una historia en que todos son más perversos y retorcidos de lo normal, algo así. La verdad esto me recuerda la opinión de un amigo sobre la ridiculez de etiquetar tanto sub y subgénero del metal, aunque yo sí le encuentro el sentido en un panorama musical cada vez más amplio y donde los matices que se convierten en corriente y tendencia requieren al menos una cierta categorización. Desde ese punto de vista, quizás esto del "grimdark" sí sea necesario después de todo y haya personas que necesiten la etiqueta para saber elegir qué leerán. 

En verdad, todo este tenor oscuro o más perverso creo que viene dado por su contexto. La Compañía Negra nace en una época en que la fantasía anglosajona había sido alcanzada, hacía un rato, por el posmodernismo y transitaba entre revisiones de sus orígenes más épicos y moralmente bien definidos entre el bien y el mal, entrando de lleno en retratar las ambiguedades propias de la sociedad contemporánea, insertándolas en nuevos mundos de fantasía o en reversiones de historias ya conocidas. Este fenómeno se vio en todos artes, como lo fue el shock a la cultura del superhéroe que causaron Watchmen y el Regreso del Caballero Oscuro. En la fantasía, también tuvimos un cine más oscuro, con casos como Excalibur o Conan, y en los juegos de rol ese primer Calabozos y Dragones tan ligado a lo oculto y a la imaginería demoníaca. No soy un crítico literario experto, pero no creo equivocarme en que la narrativa fantástica por antonomasia, la escrita en prosa, también sufriría los efectos de esta revisión y tendencia a buscar los matices de gris, y de ahí que no me resulte difícil entender la aparición de La Compañía Negra. 

Aclarado lo anterior, y ya entrando al libro en sí, se advierte cómo Cook prescinde de la caracterización cultural, racial o territorial, tan cara a otros escritores de fantasía (qué mejor ejemplo que Tolkien), y simplemente se enfoca en la caracterización de sus personajes y en sus vivencias en medio de una guerra. De hecho, solo se dedica a retratar la ciudad que sirve como punto de partida al libro, de ahí en más el territorio es solo pasto para la guerra, sin detenerse demasiado en caracterizar pueblos o geografías. Esto tiene mucha lógica, ¿qué importancia tiene la cultura de los pueblos que están ardiendo mientras los ejércitos los atraviesan? Además, Cook nos cuenta la historia desde el punto de vista de una compañía de mercenarios y a lo que asistimos es a su experiencia aislada y parcial de ciertos eventos de la guerra. Esto para mí es un acierto total, pues cubre la gran guerra con un manto de oscuridad, de hecho solo sabemos cómo avanzan los eventos macro al comienzo de cada capítulo en que los soldados mencionan lo que ha pasado en otros escenarios. Incluso es curioso que mientras presenciamos el éxito de operaciones o maniobras puntuales, que son las protagonizadas por la Compañía Negra, nos vamos enterando que la guerra en general se está perdiendo. Buscando un símil con la historia, la Compañía Negra me ha hecho pensar en el horror que fue la Guerra de los Treinta Años en Alemania, donde se liquidaron pueblos y personas. Los soldados habrían tenido una experiencia similar, siguiendo órdenes de sus superiores, mientras todo a su alrededor se iba al carajo.

Otro punto a destacar es cómo Cook juega un poco con ciertas reglas preestablecidas en el género, como poner a nuestros héroes al servicio del bando "malo", aunque siempre matiza que los "buenos" tienen las mismas tácticas y les da lo mismo enviar sus hombres a morir y matar. Del mismo modo, en vez de un señor oscuro, es en verdad una señora, igual de siniestra. Por otro lado, los mercenarios de la compañía tienen un ética del compañerismo y esprit de corps, así como una moral muy claras, pero claro, son soldados a sueldo, asesinos si es necesario, de ahí que sus peripecias a lo largo del libro involucran constantemente eliminar objetivos. Quizás de ahí viene esto del "grimdark", pero la verdad, ¿no es así toda guerra? El soldado ejecuta la parte fea de una estrategia que no diseña. No me extraña el comentario que leí en algún lado sobre el éxito que han tenido estas novelas entre miembros del ejército (norteamericano, imagino), pues retrata su experiencia desde su punto de vista, metiéndose en lo más sucio por seguir órdenes que vienen desde arriba. 

De todos modos, no todo es bueno en este libro, pues Cook falla en un aspecto que es crucial, que es la narración misma. Su estilo es seco, abusa de las frases cortas, hay demasiados puntos seguidos en sus párrafos y tampoco ayuda el desfile de personajes con prescindencia de la contextualización, porque en cada nueva misión sentía que siempre estaban donde mismo, y de ahí la impresión de estar leyendo episodios poco integrados e aislados, además que en ocasiones mal escritos, lo cual dañó la experiencia haciéndome perder el interés varias veces. No en vano leí el libro en cinco meses. 

Como sea, el libro cierra bien, me agradó cómo en pocas páginas y en forma muy fluida deja las piezas para la continuación sin sentir el desazón de otros libros en que el continuará es demasiado brusco (Hyperion o el último libro de Canción de Hielo y Fuego). Tanto es así que, a pesar de mis críticas a la forma de escribir, espero iniciar el segundo tomo a la brevedad, pues la historia es interesante, el punto de vista se disfruta y los personajes, una vez te acostumbras a ellos, son entrañables. Espero también que con la experiencia de un primer libro, la narrativa de Cook mejore un poco y agarre un mejor ritmo, sería de agradecer.

Apéndice 17.08. Una cosa que creo me faltó desarrollar es el tema de la moralidad. Muchas reseñas y comentarios sobre el libro giran en torno a identificar "grimdark" con personajes sin moral. Ahí la etiqueta le causa mucho daño al libro, porque los miembros de la Compañía Negra tienen una ética férrea y una moral muy definida. Como ejemplo usaré un pequeño spoiler, aunque lo matizaré para revelar lo menos posible: Al comienzo del libro, las acciones que toman para sacarse de encima el contrato vigente con la ciudad de Berilo es una demostración de lo dicho, pues lo debaten, saben que están cruzando una línea. Luego, cuando más adelante Matasanos propone algo similar, salirse de un contrato en base a una leguleyada, el rechazo del Capitán tiene algo de no repetir lo que hicieron en Berilo. Claro, los "villanos" aparecen con un brújula moral mucho menos clara y más egoísta en algunos casos, pero ello también obedece a la construcción de dichos personajes, ¿o acaso esperan que hechiceros de varios cientos de años actúen dentro de los cánones morales habituales? Me parece que aquí es donde se pierde el norte a la hora de hablar de este libro, pues los personajes mortales y humanos no actúan en forma amoral o inmoral, todo lo contrario, generan lazos de amistad y de protección, lamentan sus decisiones e intentan vivir con ellas. Es una pena la mala interpretación de este punto.

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