La Cruzada de los Niños, de Marcel Schwob

 

Uno de esos episodios anecdóticos y a la vez difíciles de comprender que nos dejó la Edad Media europea es la denominada Cruzada de los Niños. Anecdótica por ser apenas un modesto suceso embellicido con los años, pero sin mayor repercusión histórica real: nadie en esa "Cruzada" llegó siquiera a Jerusalén, apenas si algunos cruzaron el Mediterráneo para terminar ahogados o esclavizados. Difícil de comprender porque la historia oficial nos dice que la motivación de cientos de jóvenes y niños para dejar sus hogares fue la fe cristiana, algo sumamente difícil de entender desde la mentalidad contemporánea, totalmente deconstruida y descreida.

Dejemos de lado algunas interpretaciones y reconstrucciones, mucho más complejas y por ende más creíbles, que apuntan a un fenómeno social a lo largo de la Europa campesina y pobre que sí admitía la creencia de que los pobres, pauperizados y sin poder alguno, podían ser los que realmente podían actuar en nombre de Cristo, sumado a que, al parecer, no era poco habitual que los jóvenes (no necesariamente infantes, sino también adolescentes que en aquella época serían considerados adultos, no olvidemos que la "juventud" como etapa intermedia en el historial vital del sujeto es un invento reciente) abandonaran sus pueblos de origen por diversos motivos, donde las guerras solo serían uno de ellos y de ahí a una cruzada en que guerra y mesianismo mezclados quizás ya no sea tan difícil de imaginar. Aun más, se registran movimientos migratorios campesinos

Como sea, decía que dejásemos de lado el intento de explicar y entender una cruzada popular fallida, a fin de poder acudir al "mito" original de la Cruzada de los Niños: un episodio en que cientos de niños pobres de Alemania y Francia siguieron el llamado de la fe para recuperar Tierra Santa, solo para terminar muertos y esclavos. Ese es el material que toma Marcel Schwob para escribir esta pequeña novela que se lee en pocos minutos. 

"La Cruzada de los Niños" es un relato coral de ese episodio. Desde su comienzo y hasta su final, cada momento es relatado, explicado y justificado desde la perspectiva del narrador de turno. Especialmente intensos son los pasajes narrados por los niños, donde Schwob vislumbra la profundida de la fe capaz de movilizarte a pesar de que los hechos objetivos solo actúan desmintiendo ese llamado. La verdad no es mucho más lo que se puede hablar de la trama, ya sabemos qué ocurre, la novedad y el interés radica en la calidad literaria de Schwob, en su habilidad para contar una historia desde puntos de vista tan bien armados en pocas páginas.

Yo lo leí en la edición cuya portada puse al comienzo de esta entrada, lo compré a precio de saldo en la página de Liberalia (que ahora, mientras escribo parece estar caída). Afortunadamente, el libro puede ser encontrado aquí, qué mejor: La Cruzada de los Niños, en español

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