Reseña de Desperta Ferro - Antigua y Medieval n° 47

Tomé este número hace un par de semanas y para mi sorpresa, porque no soy muy aficionado ni al periodo ni al protagonista, me lo leí casi de una pasada y lo disfruté a concho, a pesar de estar llegando un poco atrasado al contenido, pues se trata de la tercera parte dedicada a Alejandro Magno, en el periodo que comienza con la batalla de Gaugamela y que concluye con lo que podríamos denominar la ocupación del corazón del imperio persa y la pacificación de su extremo oriente.



La estructura de este número es un poco atípica, porque, a pesar de su título, el primer artículo, que nos pone en contexto, comienza con los hechos ocurridos después de Gaugamela, así que lo que tenemos de la batalla son impresiones generales de lo ocurrido, con victoria de Alejandro, para entrar de lleno en las consecuencias políticas y militares de dicha batalla, tras la cual los macedonios terminaron por aniquilar a Persia como entidad soberana, ahora incapaz de defenderse en batalla campal, pasando a una fase de consolidación del poder y enfrentando episodios de rebelión y contrainsurgencia en el sector más oriental del imperio recién conquistado.

El artículo siguiente, firmado por Graham Wrightson, nos retrotrae a Gaugamela y, ahora sí, tenemos no solo una narración de la batalla, sino también una mirada al uso táctico de las diferentes armas que componían el ejército de Alejandro. Esto es algo que ya había leído previamente en la Ancient Warfare, no en vano Wrightson ha escrito varios artículos en dicha revista desarrollando la tesis de que son los macedonios los que por fin logran integrar y combinar las armas (caballería, infanterías pesadas y ligeras, elefantes, etcétera) en un solo cuerpo que compensa sus defectos en las virtudes de las otras unidades, no solo aglutinando unidades diversas como había ocurrido hasta entonces en la Antiguedad.

Luego tenemos otro artículo que nos aporta una mirada política al uso de armaduras por parte de Alejandro, lo cual será uno de los hilos conductores a lo largo del número (el análisis político), y el motivo por el cual enganché tanto con sus contenidos, pues más adelante se revisa la situación de los generales de Alejandro y el gradual reemplazo de los mismos por otros mandos adictos y de mayor confianza, en desmedro de los mariscales heredados de su padre, más independiente y recelosos. Todo ello para concluir con una perspectiva de Alejandro como tirano que la verdad no lo deja muy bien parado, y plantea que el Magno desde un comienzo, ya en sus primeras campañas en Grecia, mostraba tendencias autoritarias y violentas, vale recordar que destruyó Tebas, la ciudad hegemónica griega antes de la dominación macedónica.

Volviendo a lo estrictamente bélico, dos artículos redondean la etapa en cuestión, uno a cargo de Borja Pelegero, quien relata la difícil campaña en Asia Central, y otro del mismo autor en que narra el choque de los macedonios contra los centauros, tropas sacas a caballo. En este último artículo me llamó la atención que se explicase quienes eran los sacas, haciendo expresamente una distinción a nivel geográfico con los escitas, que vivían en el Ponto, para después de un par de párrafos pasar a llamarlos alternadamente escitas y sacas, como si fuesen lo mismo, sin explicar el porqué, ¿sería una metonimia por la cual escita equivale a cualquier tribu nómada que combate a caballo?

Como fuere, y especialmente por los artículos sobre los cambios (muchas veces violentos) entre sus generales y las tendencias autoritarias de Alejandro, es que este número se me hizo especialmente entretenido y rápido de leer.



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