Reseña de Desperta Ferro - Antigua y Medieval n° 45

Comienzo a reseñar los números de Desperta Ferro que tengo en mi poder. La colección la tengo muy fragmentada, con muchos de sus números iniciales, luego ejemplares específicos que fui adquiriendo según mis gustos cuando viví en España y pude comprar a placer. Después una laguna hasta que fueron apareciendo en nuestros kioskos los saldos que he comentado previamente. Me gustaría comenzar desde el número 1, pero seré práctico y lo haré en el orden que los estoy leyendo actualmente, por estar más frescos en mi memoria sus contenidos y mis impresiones al respecto.

 Por ello, parto con este número tan tardío, el 45 de su cabecera más antigua, denominada precisamente Antigua y Medieval, y que cubre episodios bélicos de la Antiguedad y la Edad Media. Este número en particular está dedicado a las Guerras Astur-Cántabras sostenidas por la Roma del principado de Augusto contra las últimas tribus hispanas que no habían sido sometidas por Roma. Como todo número de esta editorial, es de corte monográfico, así que sus artículos profundizan distintos aspectos del tema en cuestión. Obviamente, hay excepciones, pues las páginas finales contienen algunas reseñas de libros y un artículo que sirve de previa al próximo número, los cuales no comentaré.

Partamos. La disposición de los artículos sigue el formato habitual de la revista, comenzando con uno de tipo introductorio que sirve de preámbulo para ubicarnos en el contexto de las Guerras Astur-Cántabras. Firmado por Ángel Morillo, plantea no solo los aspectos generales del origen de la guerra, sino específicamente un tópico que aparecerá mucho a lo largo del número, que es el referido a las dificultades para reconstruir una historia de la guerra, por la pobreza de las fuentes clásicas al respecto, y cómo ha sido el trabajo arqueológico el que ha impulsado una comprensión del conflicto, especialmente a través del estudio de campamentos militares romanos y castros indígenas en las montañas. Desde ya podríamos ir denominando a este episodio una "guerra arqueologizada", por la importancia de dicho registro para entender cómo se desarrollaron sus distintas fases y la estrategia romana de sometimiento del territorio en disputa.

Luego tenemos un muy buen artículo, escrito por Jesús Torres y Eduardo Peralta, que profundiza en uno de los bandos, los cántabros y astures, poniendo énfasis en su origen protocelta y posterior celtiberización (los cual los distinguiría del sustrato celtíbero del resto de Hispania), la economía y el carácter guerrero de sus sociedades, así como la composición de sus ejércitos, junto a sus tácticas, ya adaptadas al rival romano del cual tenían conocimiento previo, exponiendo también que podían oponer ejércitos federados de sus distintos pueblos, pues existe registro de la conformación de alianzas en la zona para enfrentar la guerra. 

Los tres artículos siguientes cubren 1) la estrategia romana de conquista consistente en el control de las cimas para someter hacia abajo los valles, 2) la historización de la guerra en sí misma, con sus motivaciones, fases y actores principales, y 3) un estudio de caso de un asedio importante al Castro ubicado en Monte Bernorio, nos dan una panorámica muy completa de cómo se desarrolló la guerra, aunque exhiben un continuo solapamiento de ideas (llegando a ser muy manido el tema de que los romanos conquistaron las cimas de las montañas primero, en vez de los valles) que torna un poco cansina la lectura. Esto lo entiendo desde la dificultad, ya anotada, de que las fuentes clásicas son escuetas y que el principal conocimiento contemporáneo del conflicto proviene del trabajo arqueológico, de lo cual seguiría esta insistencia en ciertos datos que se repiten a lo largo de los artículos.

Cierran dos artículos, el primero excelente para mi paladar, que nos sacan de la guerra y nos sumergen en sus consecuencias y en la propaganda romana. El primero, sobre los cambios inmediatos que comenzó a sufrir la zona una vez sometida, incluidas las sublevaciones de años posteriores, nos ilustra sobre cómo se fue romanizando el último sector de la península en ser sometido; el segundo, nos explica no solo la propaganda romana de la época, sino también por qué el conflicto, una vez agotada su utilidad propagandística, prácticamente desaparece de las fuentes, solo quedando vestigios en la numismática y otras fuentes menores como esculturas o monumentos.

Como comentario final a esta "guerra arqueologizada" diría que si bien se advierte la repetición de tópicos ya anotada, el esfuerzo de reconstruir y explicar a través de la arqueología un conflicto con pocas fuentes escritas de relevancia se salda con un resultado impecable. El episodio, quizás menor comparado con otros, sirve para entender cómo concluyó la conquista de la península y el hambre romana de triunfos contra quien fuere, en este caso, los montañeses de lo que ahora es Asturias, Cantabria y León. La parte gráfica destaca sobre todo por esa portada de Radu Oltean que me tomé el trabajo de escanear, los mapas muy útiles y, como era de esperar después de todo lo que ya he comentado, hay gran cantidad de fotos al terreno y de los restos excavados.

Siguiendo lo que empecé al reseñar Ancient Warfare, le pondremos nota: 4 de 5. Dejo un video de la propia editorial para el que esté interesado en ir profundizando.